lunes, 12 de mayo de 2014

La incapacidad de hablar

No puedo hablar.

Bueno, si puedo hablar,  pero no de todo. En algún momento, sin saber por qué, y sin darme cuenta de lo que hacía, construí un muro y ahora es tan alto que no logro comunicarme con los que me rodean. Sería fácil decir que es porque le tengo miedo a la gente, pero no, no le temo a las personas, alguien estaría tentado a decir que me las quiero dar de impenetrable, pero no. Como dijo en "broma" alguien que me conoce muy bien, soy como el Kilimanjaro, fría y distante.

Pero no siempre fui así, alguna vez en mi vida fui muy sociable, no ocultaba nada, sencillamente no podía. Hubo una época en que no me daba miedo pedir el baño prestado en un restaurante si estaba en un apuro, e incluso, hubo un tiempo en que no me aterraba contestar el teléfono cuando sonaba. Que lejana me parecen ahora esos tiempos.

Solo hay un par que rompen todo mi esquema y me obligan a hablar, igual nunca llego a decir todo.

De un tiempo a esta parte comenzó a parecerme que todo lo que me ocurre es tan irrelevante que no vale la pena hablar de ello, no vale gastar mi tiempo y el de los demás hablando de las cosas que se me pasan por la mente.

No se el origen, ni se que es lo que alimenta mi hermetismo, pero se que no está bien, de una forma muy lenta y sutil, me daña y daña a los demas.

Y ya estoy pensando que es una pérdida de tiempo estar escribiendo sobre esto.

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